¿Cómo adorar en medio de las pruebas?
La adoración es una actitud del espíritu, no de la carne. Es una naturaleza que viene de adentro hacia afuera, va en lo más hondo de nuestro ser. Para que una adoración suba al trono de Dios tiene que ser a través de un corazón puro, contristo y humillado delante del Rey.
Ahora bien, ¿cómo podemos hacer nosotros cuando estamos en una circunstancia difícil o cuando todo se torna gris? ¿Cómo hacer para adorar en ese momento donde sientes que tu vida está perdida, donde tu alma se siente afligida en gran manera por ese desierto que estás pasando? Te tengo una buena noticia: ese es el mejor momento para que le digas a Dios cuánto le amas y cuán grande es eso que sientes por Él. Dios está a la expectativa de esa situación, observándote detenidamente para ver cuánto realmente le amas. En ese momento es cuando viene el Padre y te nutre de fortaleza, amor y fe.
Pocas horas antes de ser entregado por uno de sus discípulos, Jesús fue a su Padre lleno de amor y sintiendo en su corazón gran temor, porque sabía lo que había de venir (Lucas 22:41). Sin embargo, él nunca dudó de ese amor que sentía por Papá, ni del amor que Papá sentía por él. Al contrario, iba con mayor pasión antes su presencia para ser fortalecido. Por lo tanto, debemos seguir esas pisadas que Jesús, y aún en el momento más difícil de nuestras vidas debemos caminar confiados en que el Dios de los ejércitos nos dará la victoria, como la dio Jesús a través de la cruz.
¿Quieres enamorar a Dios cada día más y más? Adórale en ese momento en el que nuestra fe tiene que –y debe ser– probada, sabiendo que, a pesar de cualquier circunstancia que estemos pasando, en Él ya tenemos la victoria.