Fluir en la adoración
Antes de desarrollar este post, es necesario que primero tengamos claro qué es fluir, para así poder "empaparnos" de todo lo que conlleva este tema. En el diccionario dice que fluir es cuando algo brota con facilidad, es decir, sin distracción ni obstáculos. Por lo general, cuando estamos concentrados en algo que nos gusta, podemos ver cómo nos llegan ideas ideas a la mente, una tras otra... ¡a eso se le llama fluir!, y cuando tenemos que discutir acerca de algún tema en especifico que nos llama mucha la atención es probable que intervengamos bastante. Bueno, eso quiere decir que fluimos.
Por otro lado, la palabra griega "reuma" significa derrame o flujo (de fluir). Ellos llaman "reuma" al agua que se derrama o que discurre en partículas a la corriente de un rio. Supongamos que somos ese rio y de repente nos topamos con una represa ¿qué nos sucederá? ¿es posible seguir fluyendo? La verdad es que no, y toda esa agua se estancará. En la biblia aparece algo relacionado con esto, específicmene en Juan 7:38: “El que cree en mí, como dijo la escritura, de su vientre fluirán ríos de agua viva”. En primer lugar´, nos damos cuenta que Dios nos dice que solo si creemos en Él pasará esto, y también en la biblia dice que su agua es la única capaz de dar vida, así que no permitamos que aparezca una represa que no permita el fluir de esas aguas.
Ahora, si hablamos de adoración, en el diccionario dice que es rendir atributo a algo o a alguien, y como hijos de Dios –en compañía del Espíritu Santo, quien es el que nos guía a toda verdad– sabemos que solo Él es digno de toda adoración, es decir, todo atributo y exaltación.
Como padre, Dios quiere que llevemos una vida en adoración a Él. ¿Qué quiere decir esto? Que cada paso que demos este bajo su voluntad, porque adorar va mas allá de decirle "te adoro, Señor" y cantarle una canción en un momento de intimidad (que es el objetivo de este articulo). Adorar es obedecer, amar, negarnos a nosotros mismos para que viva Él. Una vez que comenzamos a llevar esa vida lograremos apreciar cómo fluimos en todo, principalmente en nuestras vidas (ya sea familia, vida devocional, estudios, trabajo...); y en las áreas específicas del servicio en la iglesia, como lo es la ministración con la danza, con la música o con algún tipo de instrumento.
Las características para tener un fluir a la hora de adorar son: genuinidad, que es ser trasparentes, sin aparentar; vida devocional, que es la búsqueda de la palabra de Dios; interpretación, que es la sabiduría para entender dicha palabra; y, por último, unción, que es el poder de Dios sobre ti.
Hay diferentes niveles al momento de adorar:
Cuando tenemos respeto hacia su presencia.
Cuando tenemos amor por su presencia, pero igual aun existe incomodidad.
Cuando hay una entrega total donde experimentamos humillación, pasión y gozo. Cuando simplemente nos dejamos llevar sin importar nuestro alrededor.
¿En qué nivel estás?